Antes de que se fuera de todo el sole de otro largo verano, decidí una tarde de domingo de primeros de octubre ir a ver el río Eume, tan famoso por su belleza pero que nunca había visitado todavía. Me pareció hermosísimo, y esta es su leyenda según wikipedia: 'Cuenta la leyenda que Dios al crear los tres ríos que nacen en la sierra de O Xistral -Eume, Landro y Masma- le prometió un hombre todos los años a quien llegase primero al mar. Traicionado por los otros dos, que lo dejaron durmiendo, el Eume tuvo que cruzar valles y montañas para ganar. Por eso salió bravo y agreste y por eso también se lleva cada año la vida de un hombre, o se llevaba, antes de los embalses.'
Mi intención era caminar por toda la orilla del río hasta el monasterio de Caveiro. El tiempo era muy invitador. En alguna ocasión me pareció tentador sortear la maleza e intentar acercarme más a la orilla. Y pensé que en el medio del verano un baño habría sido magnífico, pero no vi a nadie haciéndolo y no sé si estará permitido. Lo que sí pude hacer fue probar un poco del agua que manaba de un riachuelo cercano. Y qué glorioso sabor! Lamenté no haberme traido una botella de plástico.
Esta es una foto del tramo más lejano al que pude llegar. El agua cobra en la fotografía un tono azulado que, mezclado con los destellos verdes de los árboles en la ribera, hacen pensar en un cuadro. Sí, realmente es necesario - una obligación - salir de casa más y conocer un entorno tan fantástico como el que me rodea en Galicia.
